La COP26 que se llevaría a cabo en Glasgow, en el mes de noviembre, fue postergada debido a la pandemia por Coronavirus. Reino Unido planteó una nueva fecha para el evento, manteniendo en su propuesta a Glasgow como lugar para la conferencia.
Como resultado de la crisis, por la Covid-19, que se ha priorizado en la agenda internacional, el aplazamiento de la cumbre podría ser un retroceso en la atención de la crisis climática.
Según lo pactado en los acuerdos, este año es la fecha en la que se esperaba que los países presentaran mayores reducciones de emisiones. Sin embargo, los países no se han mostrado lo suficientemente ambiciosos y sus metas no apuntan a la reducción de sus emisiones para lograr la meta de limitar a 1.5ºC el aumento de la temperatura global, y así evitar las peores consecuencias del cambio climático.
Con la crisis del coronavirus y las medidas que se han tomado para mitigarla, se ha producido una disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero. Y aunque algunos piensan que esto es positivo para la crisis climática, expertos aseguran que el cambio climático seguirá estando y que la contaminación se incrementará pronto si no se toman medidas respecto al clima y si se retorna al estilo de vida pre-pandemia. Así las cosas, deben optar por una recuperación económica que sea más sostenible para el planeta los gobiernos para hacer frente a la crisis climática.
El director de La Unidad de Inteligencia Energética y Climática, Richard Black, expresó su preocupación acerca de la propuesta de Reino Unido, debido a que en esta se afirma que la ambición debe continuar, pero no se especifica que haya que seguir con el calendario del Acuerdo de París, cumpliendo los compromisos fijados para este año.
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