Hyperion o El eremita en grecia (Friedrich Hölderlin)

En Friedrich Hölderlin, uno de los poetas románticos alemanes de fines del siglo XVIII, confluyen los caminos que enmarcaron el pensamiento de los idealistas de la llamada filosofía clásica alemana como Kant, Fichte, Hegel y Schelling.

En este cruce de caminos, la estética cobra un papel esencial. He aquí el motivo de inspiración que concita a la red KLN: la recuperación de la estética como nuevo modo de lectura de la crisis climática global.

Los conceptos de totalidad y complejidad que guían los enfoques del trabajo de KLN hallan su referente más conspicuo en Hölderlin (la naturaleza como unión de lo infinito y lo plural), en Schelling (la estética como posibilidad de captar el absoluto en la unidad de la realidad y el idealismo).

Hölderlin escribió sobre la relación entre la humanidad y la naturaleza. Proclamó que si la humanidad se separaba definitivamente de la naturaleza sería el comienzo sin fin del sufrimiento humano.

Pero conservó la esperanza en la evolución de la cultura, a la que llamó “la evolución cósmica”, lo cual implica tanto a la naturaleza humana como a la cultura.

El examen de la crisis ambiental de la modernidad bien puede hacerse, según Raúl Gabás, a partir del pensamiento de Hölderlin.

Su concepción de la relación hombre-naturaleza como parte de un proceso de desarrollo de cambio cosmológico es de gran relevancia en la actualidad, una época que se caracteriza por la creencia en la falta de sentido de la existencia humana, y por la preocupación sobre la forma en que hemos alterado las condiciones físicas y químicas de la Tierra (el antropoceno).

No obstante lo anterior, la literatura que examina la obra de Hölderlin no reconoce este papel. De la lectura de Hyperión se puede colegir que la crisis actual del ambiente y del clima forma parte de un proceso cíclico orden caos que desembocará en un nuevo orden a partir de la construcción de una nueva sociedad y una nueva cultura. (La Generación del Cambio Climático, Guzmán Hennessey, 2008)

Hölderlin creía que la naturaleza evolucionaba hacia la perfección. Y que el logro de esta perfección requiere acciones humanas, determinadas a su vez por la propia dinámica de la naturaleza.

También, que en el mundo no hay otro acontecer fundamental que el de la belleza, el de la reunión de lo escindido en el fundamento de su unidad perdida (arte y ciencia).

El Hyperión se propone reconquistar, desde la separación de la morada perdida, el todo de la naturaleza.  Es quizás debido a ello que Heidegger considera los versos de Hölderlin como poesía de la poesía. De la misma manera el Hyperión podría considerarse como el drama del drama. Entusiasmo, alegría, libertad, patria, belleza, amor, confluyentes manifestaciones de una fuerza total que proclama la vida.

Hiperión exclama: “¡Que cambie todo a fondo! ¡Que de las raíces de la humanidad surja el nuevo hombre!

He aquí lo que nos inspira:

“El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona.
Las olas del corazón no estallarían en tan bellas espumas, ni se convertirían en espíritu, sino chocaran con el destino, esa vieja roca muda’.
Siempre que el hombre ha querido hacer del Estado su cielo, lo ha convertido en su infierno. 
¡Qué cambie todo a fondo! 
¡Que de las raíces de la humanidad surja el nuevo mundo!
¡Que una nueva deidad reine sobre los hombres, que un nuevo futuro se abra ante ellos!
En el taller, en las casas, en las asambleas, en los empleos,
¡Que cambie todo en todas partes!”.

 

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *