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(Rojas24 de junio de 1911Santos Lugares30 de abril de 2011)4 fue un escritorensayistafísico y pintor argentino. Su obra narrativa consiste en tres novelas: El túnelSobre héroes y tumbas (considerada una de las mejores novelas argentinas del siglo XX) y Abaddón el exterminador. También se destacó como ensayista, autor de libros como Uno y el UniversoHombres y engranajesEl escritor y sus fantasmas o Apologías y rechazos, en los que reflexiona sobre la condición humana, la vocación de la escritura o los problemas culturales del siglo XX. Fue el segundo argentino galardonado con el Premio Miguel de Cervantes (1984), luego de Jorge Luis Borges (1979).

Su longeva existencia lo llevó a ser un autor muy presente durante el siglo pasado y también durante la primera década del corriente. Aunque se preparó para dedicarse a la física y a la investigación en este campo, su acercamiento al movimiento surrealista, especialmente a algunos escritores y artistas de esta corriente, torció de alguna manera su destino y terminó por darle rienda suelta a su inquietud como autor. Su visión existencialista —reflejada en las tramas tenebrosas de sus novelas pobladas de personajes extraviados de sus valores morales—,5 su manera de exponer ideas y conceptos, su facilidad retórica y la sapiencia a la hora de introducirse en la psicología de los individuos, lo erigieron en una de las grandes plumas de su tiempo y de su país.

En 1943, debido a una crisis existencial, decidió alejarse de forma definitiva del área científica para dedicarse de lleno a la literatura y la pintura.15​ Él definió a la ciencia como amoral porque «llevaría al mundo hacia el desastre».7​ Se instaló entonces en Pantanillo, en la provincia de Córdoba, para residir en un rancho sin agua ni luz pero entregado a la escritura.19

A fines de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, nació su segundo hijo, Mario Sabato, quien de adulto sería un conocido director de cine. Ese mismo año se instaló con su familia en Santos Lugares, desde donde desarrolló toda su carrera de escritor.

Carrera literaria

En 1941 apareció su primer trabajo literario, un artículo sobre La invención de Morel de Adolfo Bioy Casares, en la revista Teseo de La Plata. También publicó una colaboración en la revista Sur de Victoria Ocampo, por intervención de Pedro Henríquez Ureña. En 1942 continuó colaborando en aquella publicación con reseñas de libros, se encargó de la sección Calendario y participó del «Desagravio a Borges» en el n.º 94 de Sur. Publicó artículos en el diario La Nación y se presentó su traducción de Nacimiento y muerte del sol de George Gamow. Al año siguiente publicaría la traducción de El ABC de la relatividad de Bertrand Russell.

En 1945 publicó su primer libro, Uno y el Universo, una serie de artículos filosóficos en los que criticaba la aparente neutralidad moral de la ciencia y alerta sobre los procesos de deshumanización en las sociedades tecnológicas. Con el tiempo avanzaría hacia posturas libertarias y humanistas. Por esa obra recibió en el mismo año el primer premio de prosa de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires —concedido a partir del dictamen de un jurado conformado por los escritores Francisco Luis BernárdezVicente BarbieriLeónidas BarlettaRicardo Molinari y Adolfo Bioy Casares20​ y la faja de honor de la Sociedad Argentina de Escritores. En 1947, con graves dificultades económicas, Julián Huxley intervino para que lo nombren como director de la UNESCO pero renunció a los dos meses.21

 
Ernesto Sabato, junto a Ben Molar y Julio de Caro.

En 1948, después de haber llevado los manuscritos de su novela a las editoriales de Buenos Aires y de ser rechazado por todas, publicó en la revista Sur El túnel, una novela psicológica narrada en primera persona. Enmarcada en el existencialismo, una corriente filosófica de enorme difusión en la época de posguerraEl túnel recibió críticas entusiastas de Albert Camus, quien lo hizo traducir por Gallimard al francés. Aparte de este, la novela ha sido traducida a más de diez idiomas.22

En 1951 se publicó el ensayo Hombres y engranajes bajo la editorial Emecé, y un capítulo sobre Física en la Enciclopedia Práctica Jackson. Al año siguiente se estrenó en la Argentina la película de El túnel, una producción de Argentina Sono Film, dirigida por León Klimovsky.23​ En 1953, nuevamente bajo la editorial Emecé, editó el ensayo Heterodoxia.

En 1955 fue nombrado interventor de la revista Mundo Argentino por el gobierno de facto impuesto por la Revolución Libertadora, cargo al que renunció al año siguiente por haber denunciado la aplicación de torturas a militantes obreros y los fusilamientos de junio de 1956.24​ Ese mismo año presentó El otro rostro del peronismo: Carta abierta a Mario Amadeo, en donde, sin abdicar de sus antipatías hacia la figura del expresidente Juan Domingo Perón, efectúa la defensa de Evita y sus seguidores; posición que le creó numerosas críticas de los sectores intelectuales argentinos, que eran mayoritariamente opositores al gobierno derrocado.24

En 1958, durante la presidencia de Arturo Frondizi, Sabato fue designado director de Relaciones Culturales en el Ministerio de Relaciones Exteriores, puesto al que también renunció al año siguiente por discrepancias con el gobierno.15

En 1961 publicó Sobre héroes y tumbas, que ha sido considerada como una de las mejores novelas argentinas del siglo xx.2526​ Se trata de una novela que narra la historia de una familia aristocrática argentina en decadencia, intercalada con relato intimista sobre la muerte del general Juan Lavalle, héroe de la guerra de la Independencia Argentina, y con los desgarramientos de la historia argentina, como las guerras civiles del siglo xix hasta 1955. Hacia 1967 contaba con más de 120 000 ejemplares. Es emblemática la anécdota de este libro, que según el propio Sabato, estaba destinado a la destrucción por el fuego como tantas otras obras suyas que no vieron la luz pública. Su supervivencia, relató el propio autor en una entrevista conducida por el periodista Joaquín Soler Serrano en un capítulo de su programa A fondo de 1977, se debe a la intervención de su esposa Matilde que lo convenció de publicarlo en vez de destruirlo. En el año 1964 había recibido el título de Chevalier des Arts et des Lettres, orden instituida por André Malraux.

Cuando decidí tomarlo para mi novela, no era, en modo alguno el deseo de exaltar a Lavalle, ni de justificar el fusilamiento de otro gran patriota como fue Dorrego, sino el de lograr mediante el lenguaje poético lo que jamás se logra mediante documentos de partidarios y enemigos; intentar penetrar en ese corazón que alberga el amor y el odio, las grandes pasiones y las infinitas contradicciones del ser humano en todos los tiempos y circunstancias, lo que sólo se logra mediante lo que debe llamarse poesía, no en el estrecho y equivocado sentido que se le da en nuestro tiempo a esa palabra, sino en su más profundo y primigenio significado.

Ernesto Sabato27

La novela también incluye el Informe sobre ciegos, que a veces se ha publicado como pieza separada,28​ y sobre el cual su hijo, Mario Sabato realizó una película.29​ En 1965 se lanzó el disco Romance de la muerte de Juan Lavalle; cantar de gesta, con textos recitados de Sobre héroes y tumbas y canciones con letra de Sabato y música de Eduardo Falú. Otro interesado en adaptar la novela fue Astor Piazzolla, quien quiso componer una ópera, proyecto que finalmente quedó en una «Introducción», registrada en el disco Tango contemporáneo, nuevamente con recitados a cargo de Sabato.3031​ En ese mismo año en Milán, se tradujo al italiano el libro.

En 1966, la editorial Losada ofreció Obras de ficción, con prólogo de Harley D. Oberhelman. En 1967, Sobre héroes y tumbas se tradujo al francés como Alexandra, y también al alemán, con introducción de Witold Gombrowicz. Continuamente, presentó Pedro Henríquez Ureña: ensayo y antología, homenaje a su maestro y amigo. En 1968 editó, en la Editorial Universitaria de Santiago de Chile, Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo, mientras que en Copenhague se tradujo Sobre héroes y tumbas al danés.32

En 1971 publicó Claves políticas que recoge conversaciones mantenidas con el grupo de El escarabajo de oro y cartas entre Sabato y Ernesto Che Guevara;7​ comenzó a colaborar con el periódico La Opinión. En 1973, organizó sus ensayos sobre el tema La cultura en la encrucijada nacional y obtuvo el premio del Institut fur Auslandsbeziehungen de Stuttgart (República Federal de Alemania).32

Su siguiente novela, Abaddón el exterminador, se publicó en 1974; de corte autobiográfico con una estructura narrativa fragmentaria y de argumento apocalíptico en el cual Sabato se incluye a sí mismo como personaje principal y retoma a algunos de los personajes ya aparecidos en Sobre héroes y tumbas. En aquel año recibió el Gran Premio de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).33

 
Ernesto Sabato con el escritor peruano Mario Vargas Llosa, en revista Pájaro de Fuego (n.º 36) de junio de 1981.

En 1975, Sabato obtuvo el premio de Consagración Nacional de la Argentina. En 1976, se le concedió el premio a la Mejor Novela Extranjera en París (Francia) por Abaddón el exterminador,3216​ mientras que en Italia recibió el premio Medici al mejor libro extranjero en 1977 por la misma obra.3435​ En 1978, le otorgaron la Gran Cruz al mérito civil en España. En 1979 fue distinguido en Francia como comandante de la Legión de Honor.

Para la década de 1970, Sabato sentía que, como escritor, había dicho «todo lo que tenía que decir sobre los grandes temas de la condición humana: la muerte, el sentido de la existencia, la soledad, la esperanza y la existencia de Dios».En 1983, a modo de epitafio, dijo: «Soy un simple escritor que ha vivido atormentado por los problemas de su tiempo, en particular por los de su nación. No tengo otro título».7​ El retiro de la actividad literaria coincidió con el agravamiento de sus problemas de la vista, por lo que dejó de leer y escribir por prescripción médica, para dedicarse a la pintura.36​ A pesar de esto, en años posteriores continuó publicando esporádicamente.