El Informe 1,5º C: un llamado dramático a preservar la vida
(Tiempo estimado: 5 – 10 minutos)
El Acuerdo de París se quedó corto, y hoy tenemos apenas once años para salvar la vida en el planeta. Este anuncio de los científicos reunidos por la ONU exige acciones drásticas por parte de todos los gobiernos. ¿Será que siguen haciéndose los sordos?
Manuel Guzmán-Hennessey*
De espaldas a la ciencia
Cada vez es más evidente el divorcio entre los gobernantes y la ciencia. Y cada vez es más grave que este divorcio exista.
Lo estamos viendo en Bogotá con un alcalde empecinado en desconocer a los expertos en el caso de la reserva Van der Hammen. Pero pasa en todo el mundo. Empezando por el país líder de la investigación científica, cuyo presidente y su partido de gobierno se empeñan en negar la existencia del cambio climático.
Pero cuando la ciencia produce documentos como el Informe 1,5, la sociedad entera debe reaccionar frente a los gobernantes, para que actúen de acuerdo con la ciencia y no con la anti-ciencia.
El mundo miró con esperanza la cumbre de Copenhague del año 2009. Allí se esperaba que los gobernantes atendieran el llamado de los científicos. Pero no sucedió así. Y de este fracaso histórico se deriva la crisis que hoy vivimos.
Cuando la ciencia produce documentos como el Informe 1,5, la sociedad entera debe reaccionar frente a los gobernantes.
Permítanme recordar la esperanza de Copenhague para agregar un poco de contexto al Informe que publicó la semana pasada el Panel de Científicos de Naciones Unidas. En ese momento un grupo de ONG, acogiendo el Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por su nombre en inglés), redactó un documento que llamó “Tratado Climático de Copenhague” como un insumo para aquella Cumbre de 192 países. Pero este texto no fue considerado, aunque el informe del IPCC que le sirvió de base había sido elaborado por más de 500 autores principales y 2000 revisores expertos, entre científicos, economistas y políticos de unos 120 países.
Aquel documento reconocía que el cambio climático no es apenas una tragedia humana, sino que amenaza la persistencia de la vida en el planeta. Pues bien, el Informe 1,5 demuestra que si el calentamiento aumenta en 2 grados centígrados (2ºC) en lugar de aumentar en 1,5 º C, se acabaría la vida sobre la Tierra.
El límite para evitar que ocurra lo primero y siga siendo posible la vida, es el año 2050. Pero el límite para una respuesta global, que el informe describe como “cambios de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad” debe darse antes de 2030.
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Metas urgentes…e insuficientes
COP 15 opening session Foto: Flickr |
¿Y a qué se refieren los científicos cuando escriben “cambios de gran alcance y sin precedentes”? Básicamente a medidas de reducción de emisiones de carbono. Esto dice el informe: “para limitar el calentamiento global a 1,5 °C en lugar de 2 °C como se establece en el Acuerdo de París las emisiones netas globales de carbono (CO2) deben disminuir en 2030 alrededor de un 45 por ciento respecto de los niveles de 2010, hasta alcanzar el «cero neto» para 2050”.
Ya lo había dicho el Tratado Climático de Copenhague: “Sabemos que nuestras oportunidades para limitar el cambio climático se están agotando y, por consiguiente, son necesarios una cooperación y un compromiso internacionales sin precedentes”.
¿Qué sugieren, entonces, estos nuevos datos del Informe 1,5? A mi juicio, que el Acuerdo de París no es suficiente. ¿Por qué? Porque el Acuerdo de París se propuso “mantener el aumento de la temperatura promedio de la Tierra muy por debajo de 2 ℃, haciendo los mejores esfuerzos para limitar el aumento por debajo de 1,5 ℃”.
Pues ahora el objetivo ya no es mantenerse por debajo de 2 ºC sino de 1,5 ºC antes del 2030.
Pero hay algo más alarmante: las metas de reducción de emisiones de carbono que los países firmantes del Acuerdo de París han adoptado voluntariamente, se sitúan entre el 20 y 28 por ciento. Con estos compromisos, según el nuevo informe de la ONU, llegaríamos a un aumento de 2,4 ºC antes de 2050, de manera que los Estados tendrían que aumentar sus compromisos a un promedio del 45 por ciento.
Y esto último ya no parece ser factible ante del 2030, menos aun cuando las pocas evaluaciones que existen sobre los avances del cumplimiento de este Acuerdo indican que estamos muy lejos de cumplir sus metas.
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Crónica de un desastre anunciado
Quiero volver al Tratado Climático de Copenhague para argumentar por qué la crisis se incubó desde 2009 y no desde el Acuerdo de Paris del 2015. Ese Tratado pedía: “una transición del mundo hacia una economía con cero emisiones de carbono a lo largo de las próximas décadas, que incluya una reducción global de al menos el 80 por ciento en 2050 respecto a los niveles de 1990”.
En 2009 se modificó también el Protocolo de Kyoto que en 1997 se había propuesto una meta global irrisoria: 5,2 por ciento. La modificación de Copenhague consistió en que los países voluntariamente debían decir a qué metas de reducción podían comprometerse.
Hoy el panorama es mucho más acuciante. Ya no tenemos el tiempo de 2009, ni el de 2015. Estamos a 11 años de 2030. ¿Y Colombia cómo está con respecto a este desafío? Pues lejos, como gran parte del mundo. Pasar del 20 al 45 por ciento antes de 2030 sencillamente no es posible. Mucho menos pasar del 20 a 80 por ciento de reducción de emisiones.
Una de las acciones de mitigación para Colombia es detener la deforestación.
El Acuerdo de París había solicitado al IPCC que informara sobre los impactos que podría traer un calentamiento de 1,5 ℃. Aquí está el resultado. Por eso hay que esperar –contra toda esperanza- que en la próxima Cumbre del Clima que se celebrará en Katowice, los países firmantes tomen en cuenta los resultados de un informe que ellos mismos ordenaron y actúen en consecuencia.
Pero la experiencia internacional nos demuestra que las medidas orientadas a producir “cambios de gran alcance y sin precedentes” no son, precisamente, las preferidas de este tipo de cumbres.
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Cambios sin precedentes
Cambio Climático Foto: Flickr |
El Informe 1,5 no dice que aún podemos evitar el calentamiento, como han escrito algunos comentaristas. Dice que “si queremos evitar el calentamiento 1,5 tenemos que hacer “cambios de gran alcance y sin precedentes”.
¿Por qué debemos hacer estos cambios? Porque la actividad humana ya causó 1 ℃ de calentamiento global, mientras que con la tasa actual de calentamiento (0,2 ℃ por década) llegaremos a 1,5 ℃ aproximadamente en el año 2040.
El informe señala entonces algunas estrategias para reducir las emisiones de manera que el calentamiento no pase de 1,5 ℃, comenzando por des-carbonizar la economía antes de 2050 y reducir el crecimiento de la población.
El IPCC reconoce que, aunque los desafíos son “de escalas sin precedentes”, la viabilidad de la energía solar, la energía eólica y los mecanismos de almacenamiento de electricidad han mejorado sustancialmente en los últimos años. Nada nuevo (salvo el drástico descenso de los precios de los paneles solares).
Esto ya estaba escrito en el Tratado Climático de Copenhague: “Es posible y necesario progresar mucho más rápido, encaminando al mundo hacia una trayectoria de desarrollo, ambiciosa, efectiva y justa, baja en emisiones de carbono, y que garantice que el derecho a la supervivencia de los más vulnerables no sea sacrificado”.
¿En qué estaba el mundo antes de recibir el Informe 1,5? En el Diálogo de Talanoa, un mecanismo de facilitación para elevar los compromisos de los Estados antes del año 2020. Los países estaban evaluando cómo aumentar sus metas del Acuerdo de París. Y esto iban a anunciarlo durante la Cumbre de Katowice en este mes de diciembre.
¿Qué hará Colombia?
Los países deben adoptar una estrategia de transición hacia una economía sin carbono: la Estrategia de Descarbonización 2050.
Colombia debe presentar esta estrategia en el año 2020. ¿En cuánto aumentará Colombia su ambición con respecto a su meta del 20 por ciento del Acuerdo de París? No lo sabemos, pero tenemos algunos datos de otros países que bien podrían marcar una tendencia.
- México aspira a reducir sus emisiones en un 50 por ciento para 2050.
- Chile planea que el 70 por ciento de su electricidad se genere a partir de fuentes renovables antes de 2050.
- Y Europa, nuestro referente más alto, cuenta con una hoja de ruta para reducir en un 80 por ciento sus emisiones de carbono antes de 2050.
Una de las acciones de mitigación para Colombia es detener la deforestación. En el Amazonas nuestra meta era más ambiciosa que realista: cero deforestación para 2020. La realidad nos desbordó. Para el año 2017 la tasa de deforestación aumentó en un 23 por ciento con relación al 2016, es decir, 219.900 hectáreas de bosque. En la Amazonía se dio un ascenso de la deforestación, pasando de 70.000 hectáreas en 2016 a 144.000 en 2017.
Antes del Acuerdo de París, en la Cumbre de Lima de 2014, ya se sabía que los gobiernos no podrían cumplir solos sus metas, y por eso se acordaron acciones coordinadas entre los actores estatales y los no estatales (las empresas, los inversionistas, el sector financiero, las universidades y las organizaciones de la sociedad civil).
Pero una estrategia de descarbonización de la economía no es posible sin una educación de largo plazo que involucre a todos los actores de la ciencia y los centros de pensamiento. Hay que construir un futuro sustentado en acciones de formación, de adaptación y de mitigación, y donde los gobiernos conozcan, estimulen y adelanten las acciones climáticas sectoriales.
¿Tendremos tiempo?
*Profesor de la Universidad del Rosario, director general de la red latinoamericana sobre cambio climático Klimaforum Latinoamérica Network (KLN) director@klnred.com
@GuzmanHennessey
TAGS: Manuel Guzmán-Hennessey, Calentamiento global, Acuerdo de París, Informe 1,5,descarbonización, vida en el planeta
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